Las consecuencias de la crisis financiera de 2008, junto con los rápidos avances tecnológicos, obligaron a las instituciones financieras a repensar y ajustar sus modelos de negocios. Los sistemas legacy y las culturas bancarias de mucho tiempo han sido atacados, y la necesidad de innovación ha seguido aumentando.

El éxito de los smartphones y la conveniencia digital de las aplicaciones han cambiado constantemente las conductas y expectativas de los consumidores, y como consecuencia, surgieron nuevos competidores que han encontrado formas innovadoras de aprovechar las tecnologías digitales y la información de los clientes. Al mismo tiempo, los recursos de los bancos se han encogido, impulsando la necesidad de eficiencia y reducción de costos.

Los sistemas regulatorios han tenido dificultades para mantener el ritmo.

Al mirar hacia atrás, vemos una transición de una época en que la innovación de productos y servicios se realizó a puertas cerradas a un período en el que la ‘Banca Abierta’ (Open Banking) ofrece el potencial de co-crear con entidades financieras no bancarias para tener una ventaja competitiva. 

A través de los años, hemos visto una tendencia a alejarse de la innovación para “ahorrar dinero” y enfocarse mayormente en mejorar la experiencia del consumidor. Con los bancos que proporcionan acceso a clientes, experiencia en la industria e infraestructura preparada, las firmas de tecnología financiera están aportando soluciones innovadoras, nuevos usos para la tecnología y agilidad a la mesa.

La combinación del poder de los bancos tradicionales con el potencial dinámico de las fintechs ha cambiado el juego en la banca. En la actualidad, nos estamos dando cuenta de que la innovación en un mundo digital requiere un cambio cultural, pues los bancos deben acostumbrarse a nuevas formas de prestar sus servicios y organizarse como un negocio.

Hoy en día, las innovaciones se están desarrollando constantemente (desde el punto de vista del usuario), siendo lanzadas más rápidamente y mejorando continuamente. Si bien una mirada hacia atrás es perspicaz, la visión de los próximos 10 años será la más emocionante.