La banca y servicios financieros es una industria que cambia rápidamente, y el mayor cambio de paradigma que se ha producido es el cambio hacia lo digital.
Los Millennials (nacidos entre 1981-1996 de acuerdo a Pew Research Center), en particular, se están moviendo con mayor frecuencia hacia este tipo de banco o servicios. De acuerdo con World Population Review esta generación representa, en México, poco más el 30% de la población y aproximadamente el 80% cuentan con algún tipo de empleo o ingreso, por lo que es claro, que sus comportamientos y preferencias han tenido un profundo efecto en el futuro de la industria bancaria y de crédito.
Este cambio ha tomado muchas formas. Algunos bancos han lanzado aplicaciones móviles para permitir a los clientes administrar sus cuentas desde sus teléfonos inteligentes. Y algunas han llevado este enfoque un paso más allá, creando aplicaciones financieras digitales (Fintechs) aprovechando este segmento de mercado que se ha crecido y es prácticamente dependiente de la tecnología.
Estas empresas tienen ventajas clave sobre las instituciones tradicionales, pueden ofrecer mejores tarifas, servicios innovadores, mejor atención y algo que es sumamente clave, la eficiencia y rapidez en los servicios, que uno de los puntos más importantes que los Millennials valoran.
Sin embargo, enfrentan grandes retos en términos de adquisición de nuevos clientes, dado que la competencia que cada vez es mayor, debido a la pobre infraestructura tecnológica con la que cuentan la gran mayoría y las estrategias de mercadotecnia poco eficientes. Como resultado, todavía no han representado una verdadera amenaza para los bancos tradicionales. A medida que las Fintechs han aumentado en número, los bancos tradicionales han tenido que innovar e invertir recursos para mantenerse como líderes en el mercado.
Para aumentar sus cuotas de mercado y la rentabilidad, deben dedicar recursos económicos y humanos al proceso de innovación o adquisición de tecnologías de vanguardia. Los ganadores, en el futuro serán quienes aprovechen la era digital para ofrecer una experiencia al cliente que va más allá de lo ordinario que es lo que busca continuamente este mercado.
Para lograr esta transformación y seguir siendo competitivos en la era digital, deben de apoyarse con tecnología robusta y con potencial para adaptarse a los cambios de entorno, y no quedarse rezagados con tecnologías antiguas y poco escalables para asegurar su permanencia en el mercado, competitividad y crecimiento.
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